Identifican un componente del pomelo y otras frutas cítricas, el flavonoide naringenina, que bloquea con éxito la formación de quistes renales.
La enfermedad poliquística del riñón, como se la conoce, es un trastorno hereditario que conduce a la pérdida de la función renal, la presión arterial alta y la necesidad de diálisis.