En abril hablamos sobre algunos de los más misteriosos manuscritos encriptados que, en su mayor parte, siguen sin haberse podido descifrar.
Desde la antigüedad, el ser humano ha tratado de ocultar ciertos mensajes, bien por evitar ser descubierto por el bando enemigo en las guerras, bien por tratar temas prohibidos en la época, como los perseguidos por la Inquisición, bien por ocultar amores escondidos, o simplemente porque el mensaje iba dirigido solo a unos pocos.
Para conseguir comunicar sin ser descubiertos, el ingenio humano ideó la encriptación de mensajes, cuyo origen comienza por nuestro lamentable espíritu belicoso, entre pueblos guerreros como es el caso de romanos, espartanos y un largo etcétera, que necesitaban enviar cierta información, sin correr el peligro de que fuera descubierta por el enemigo, para lo que usaban códigos que solo ellos conocían.
Los primeros cifrados de los que se tiene constancia datan sobre el siglo V a.C., pero las técnicas se fueron depurando, hasta que en la Segunda Guerra Mundial se inventó quizás la máquina encriptadora más conocida, Enigma.
Con la llegada de la informática la encriptación está a la orden del día, cada vez que nos metemos a consultar el saldo de nuestro banco, o enviamos un correo electrónico.
Pero de lo que os queremos hablar éste mes es sobre algunos manuscritos que han traído de cabeza a expertos y que, muchos de ellos, no han podido ser descifrados hoy día, con la tecnología actual. Os dejamos con los más conocidos y enigmáticos:
Copiale Cipher:
El Copiale Cipher es un libro encuadernado en oro, que se escribió a mano en el siglo XVIII, y que está compuesto por 105 páginas repletas de símbolos abstractos y letras romanas y griegas hasta un total de 75.000 caracteres, sin espacios entre sí.
Tras dos siglos de ser un absoluto enigma, a finales de 2011 consiguieron descifrarlo, y se ha sabido que cuenta los rituales de iniciación de una sociedad secreta alemana, llamada los Oculistas o la Secta del Gran Ojo, logia masónica, que tenían como misión abrir los ojos al mundo.
Además de los ritos de iniciación que se hacían a los aspirantes a entrar en dicha secta, en el Copiale Cipher se habla sobre la masonería, sus ideas religiosas, y sobre la importancia de las matemáticas.
Manuscrito Voynich:
Éste manuscrito debe su nombre a que fue comprado en 1912 por un anticuario norteamericano llamado Wilfrid Voynich, y desde entonces nadie ha conseguido descifrar su contenido.
Se compone de 240 páginas, 170.000 caracteres, 40.000 palabras, de escritura inteligible e ilustraciones misteriosas. Para algunos se trata de un trabajo de botánica, otros creen que está relacionado con la alquimia, y otros aseguran que trata temas de astronomía, pues entre sus dibujos se pueden apreciar constelaciones zodiacales.
Realmente parece que el libro podría tratar sobre todas esas cosas, pues tiene seis secciones diferenciadas dedicadas a asuntos tan diversos como hierbas (en su mayor parte desconocidas), astronomía, biología (con gran cantidad de mujeres desnudas), cosmología, farmacia y un recetario que podría servir para realizar algún tipo de ungüento o producto alquímico.
Lo único que se sabe a ciencia cierta, gracias a las pruebas del carbono 14, es que data del siglo XV, y que se encuentra en la Universidad de Yale, todo lo demás son especulaciones.
Se pidió ayuda a la NASA para que intentara descifrarlo, pero fue en vano.
Quizás el texto de éste manuscrito ni siquiera represente un idioma o un cifrado, igual son un conjunto de caracteres puestos más o menos al azar, aunque expertos criptógrafos aseguran que la estructura del lenguaje de éste códice parece tener patrones de un lenguaje real, aunque hasta ahora nadie haya conseguido descifrarlo.
Y en lugar de extendernos más sobre éste misterioso manuscrito Voynich, os dejamos éste enlace en el que podéis entrar en mayor detalle.
Caso Taman Shud:
En la madrugada del 1 de diciembre de 1948 se encontró un cadáver de un hombre en Somerton Beach (Australia), sentado en la playa y recostado contra las rocas, y rápidamente se comenzó el protocolo para intentar identificar el cuerpo y avisar a sus familiares, ya que el hombre no llevaba ninguna identificación.
La autopsia reveló una pasta a medio digerir en su estómago, una congestión en su cerebro y en su estómago, y una inflamación del bazo que triplicaba su tamaño normal.
Rápidamente se pensó en un posible envenenamiento, pero no se encontró ni una gota de veneno en su cuerpo.
La policía encontró un pedazo de papel, como arrancado de un libro, en el bolsillo secreto de los pantalones de éste individuo, con las palabras “Taman Shud, cuyo significado es “Terminado” o “Finalizado”.
Encontraron una copia del libro al que pertenecía el pedazo de papel en la parte trasera de un coche que estaba cerca de la situación donde encontraron el cadáver.
En la parte trasera del libro encontraron un extraño código, que aún hoy sigue sin descifrarse.
Para los expertos en criptografía no se trata de letras colocadas al azar.
Código Dorabella:
A finales del siglo XIX, Dora Penny recibió una carta con un extraño y encriptado texto de su amigo Sir Edward William Edgar.
Intentó descifrarlo sin éxito, y tiempo después le preguntó a su amigo, que no quiso responderle para que fuera ella quien encontrara la solución.
El mensaje consta de 87 caracteres de un alfabeto de 24 símbolos, que los expertos asemejan al inglés por su estructura.
A día de hoy nadie ha conseguido saber que es lo que Edgar le ponía en aquel escrito a su amiga Dora, aunque algunos han dado posibles soluciones, que no han terminado de convencer.
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Ninguna de estas dos hipótesis deja ningún mensaje demasiado coherente.
Codex Gigas:
El Codex Gigas es quizás el más enigmático de los manuscritos, y aunque no hay mensajes encriptados en él, hemos creído que merece la pena darlo a conocer.
Su nombre viene del latín, y significa “libro grande”, aunque éste libro medieval también es conocido como “Código del Diablo” o “Biblia del Diablo”.
Su tamaño es enorme, 92 x 50,5 x 22 cm, y su peso supera los 75 Kg.
Cuenta con 624 páginas, con ilustraciones a todo color y con un retrato del demonio.
El Codex Gigas se creó el siglo XIII, pero se conserva en un estupendo estado de conservación, y trata temas religiosos (incluyendo gran parte de la Biblia), medicinales, calendarios, conjuros y encantamientos mágicos, etc.
La leyenda de éste códice dice que fue hecho por un monje benedictino, condenado a emparedarlo vivo por un gran crimen que había cometido, pidió clemencia a los monjes y propuso que le condonaran la pena, y él a cambio crearía una obra colosal y única, que todos alabarían, y además lo haría en una sola noche.
A la mañana siguiente, al ver el impresionante trabajo, los monjes pensaron que era imposible que lo hubiera hecho él solo, y que debió pedir ayuda al mismísimo Satanás para que le ayudara.
Leyenda aparte, se piensa que el autor pudo tardar 20 años en terminar éste grimorio.
Os aconsejamos un par de webs (1 y 2), un vídeo documental, y un enlace donde podéis contemplar las páginas escaneadas de éste enigmático manuscrito.
Si os resulta interesante éste misterioso libro, también podéis leer el siguiente enlace: http://supercurioso.es/codex-gigas-la-supuesta-biblia-del-diablo/
Cifrado de Beale:
En 1845, Robert Morris rompe el candado de una caja que llevaba guardando 25 años, a petición de un viejo conocido llamado Beale. Dentro de la caja Morris encuentra tres hojas llenas de números, separados por comas, y una nota en inglés, en la que explicaba quien era el propio Beale y aclaraba el contenido de la caja y de los criptogramas.
Parece ser que Beale, junto a otras 29 personas, encontraron una veta de oro y decidieron esconder su preciado tesoro en algún lugar de las colinas de Virginia.
En la primera hoja se contaba la ubicación del tesoro, en la segunda el contenido y en la tercera se explicaba como debía ser repartido.
Pasaron largos años sin avanzar en el entendimiento de aquel mensaje y Morris decidió darle publicidad para intentar resolverlo.
Se dieron cuenta de que la Declaración de Independencia de los Estados Unidos era la clave para descifrar el segundo criptograma. Numeraron cada una de las palabras de la Declaración, y tomando la primera letra de cada palabra, siguiendo los números del texto de Beale, consiguieron descifrar el contenido de aquel tesoro, que pudo valorarse en unos 20 millones de dólares.
Sin embargo, nunca se ha podido descifrar la ubicación del mismo, así que si queréis intentarlo debéis descifrar la siguiente imagen:
Si os ha interesado éste cifrado y queréis aprender más sobre él, os recomendamos un par de webs (1 y 2), donde podéis ver los códigos completos, el mensaje del que se ha descifrado y como se cuadro con la Declaración de Independencia.
Codex Seraphinianus:
Nos encontramos ante un libro mucho más moderno a los anteriormente expuestos, ya que se escribió en el siglo XX, y a diferencia de los demás también se sabe quien lo hizo, un artista italiano, llamado Luigi Serafini.
En éste caso no podemos hablar de un manuscrito encriptado, pues el autor reconoció desde el principio que el lenguaje empleado es inventado, y que lo que pretendía es que quien mirara su obra lo viera como si fuese un niño, que no sabe leer, pero que puede contemplar las imágenes e interpretarlas.
Con sus imágenes, el autor ha recreado un planeta desconocido. Podemos ver rasgos de sus habitantes, de su fauna, de su flora, sus costumbres, su tecnología…
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El resultado es una gran cantidad de ilustraciones fantasiosas y surrealistas, podríamos decir que desvaríos del autor, acompañados de un texto indescifrable, puesto que no se trata de un lenguaje si no de una sucesión de caracteres inventados, pero que atrapa a aquel que lo contempla, pues las imágenes nos dejan interpretar cada una de las ilustraciones a nuestro antojo, pudiendo tener tantas interpretaciones como personas lo contemplan.
En éste enlace podéis ver algunas de estas ilustraciones.
Codex Rohonczi:
De origen desconocido, el Codex Rohonczi data del siglo XVI.
Sus 448 páginas, de 12×10, contienen entre 9 y 14 filas de signos, y en algunas de ellas podemos ver algunas ilustraciones, un total de 87 imágenes, donde se mezclan distintas culturas y religiones.
Su lenguaje es un misterio, aunque varias personas dicen haber descifrado alguna parte del códice.
Unos creen haber encontrado la clave para descifrar el mensaje oculto poniendo el códice al revés, otros que la base del texto es el latín vulgar, el rumano primitivo, el húngaro, usando el alfabeto dacio, para otros es una variante antigua de la escritura brahmi… la cuestión es que seguimos sin saber cual es su contenido.
Para mucha gente se trata de un simple fraude, sin embargo, hay gran cantidad de expertos que, tras analizar la estructura, están convencidos de que tiene algún significado.
En cuanto al contenido también hay varias posturas, unos ven motivos religiosos, otros astronómicos, y hay una muy curiosa, que asegura que se trata de un evangelio apócrifo en el que se habla sobre la infancia de Jesús.
Quizás los estudios más exhaustivos y con algún dato concluyente, son los hechos por Gábor Tokai y Levente Zoltán Király, y aunque todavía no han puesto todas las cartas sobre la mesa, todo apunta a que podría tratar temas bíblicos.
Podéis ver un escaneo del Codex en ésta web.
Kryptos:
Kryptos es una escultura al aire libre, con forma de S, situada en los jardines del cuartel general de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA), hecha por James Sanborn.
El autor de ésta obra la realizó por encargo de la propia CIA, en 1988, y desde entonces ha sido un quebradero de cabeza para el Servicio de Inteligencia Americano.
En sus 4 metros de altura contiene 865 caracteres, entre los que hay ocultos cuatro mensajes cifrados.
Hasta la fecha, solo se han conseguido descifrar tres de éstos mensajes, y ya han pasado 20 años desde que Sanborn creara Kryptos.
Asesino del Zodiaco:
Ésta historia comienza con cuatro asesinatos a sangre fría de personas inocentes e inconexas entre sí, en varias localidades de California, a finales de los 60, de los que la policía no conseguía ni un solo indicio para comenzar con la captura del asesino.
El 31 de julio de 1969 se reciben tres cartas de alguien que asegura ser el asesino, cada una de estas cartas en tres redacciones de prensa de distintos periódicos (Vallejo Times Herald, San Francisco Chronicle y San Francisco Examiner). Para descifrar el mensaje tendrían que juntar las tres piezas.
Los tres periódicos deciden publicar sus criptogramas, con la intención de llegar a más gente que pueda dar pistas sobre el extraño mensaje, y piden al propio asesino que dé alguna dato que demuestre que es el verdadero asesino y que no se trata de una broma.
A los pocos días en una de las redacciones llega una carta de un tal Zodiac, que da algunos datos de los asesinatos que no habían sido revelados, con lo que tienen la certeza de que los mensajes son enviados realmente por el asesino.
Finalmente un par de ciudadanos consiguieron descifrar gran parte del mensaje, en el que decía que le gustaba matar gente, porque era mucho más divertido que matar animales, y que cada persona que mataba se convertiría en su esclavo cuando él muriera y llegara al paraíso. Las últimas letras no consiguieron descifrarse, con lo que quizás faltó lo más importante, su nombre.
Nunca se consiguió capturar a Zodiac, aunque algunos piensan que pudo ser otro conocido asesino que si fue atrapado años más tarde y que fue conocido como Unabomber.
Os dejamos un enlace con mucha más información acerca de Zodiac, sus víctimas y los extraños mensajes que dejó.
Código McCormick:
Como en el caso de Taman Shud, ésta historia comienza con la aparición de un cadáver.
El fallecido se llamaba Ricky McCormick, tenía 41 años, y fue encontrado un 30 de junio de 1999, a 24 kilómetros de su domicilio.
McCormick siempre había sido aficionado a los mensajes en clave, según su propia familia, y cuando fue encontrado muerto portaba dos extrañas notas con códigos imposibles de descifrar en un bolsillo de su pantalón. Números, letras, guiones y paréntesis sin sentido aparente.
Los mejores expertos en criptografía del FBI han estudiado ambas notas durante más de una década, sin obtener ninguna respuesta, con lo que en marzo de 2011 decidieron pedir ayuda públicamente a la ciudadanía, para intentar averiguar si en esos mensajes hay algún indicio sobre su asesinato y los motivos de éste.
Os dejamos el enlace a la web del FBI en la que piden ayuda a los ciudadanos, y donde podéis ver ambas notas, así como la breve historia que os acabamos de contar.
D’Agapeyeff:
Alexander D’Agapeyeff fue un cartógrafo, de origen ruso, y aficionado a la criptografía, que escribió, en 1939, un libro llamado “Codes and Ciphers”.
Se conoce como “cifrado de D’Agapeyeff” a una secuencia de números que, supuestamente, encriptó en su día y que, curiosamente, años más tarde admitió que había olvidado como lo había cifrado, y cual era el contenido del mismo.
Hasta ahora nadie ha dado con el mensaje de éste código, y se piensa que el autor debió cometer algún error al hacerlo, no obstante, se espera poder resolverlo a través de programas informáticos.
Extraños mensajes, crímenes sin resolver, tesoros ocultos o códigos de grupos secretos, que han desafiado el intelecto humano durante largos años.
Fuente: http://eurekaweb.idomyweb.com/pens201304manuscritosencriptados.html
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